domingo, 15 de noviembre de 2015

Not In My Name



No hay religión que se salve. Es una obviedad que la carga religiosa equivocada llevó a la matanza de millones de personas en todo el mundo desde tiempo inmemoriales.

Ya los aztecas sacrificaban niños en sus extraños rituales. Quizás en la antigua Grecia  también se ofrecían sacrificios humanos, así como en el antiguo imperio romano. La Inquisición castellana alentó a matar judíos españoles, expulsó a los moriscos a Argelia u otros países quedándose con bienes y propiedades ajenos ( aún lo hace, por cierto ). Se mató en América en nombre de dios y el rey y muchos fueron quemados vivos tanto en un continente como en otro..

En Australia, la iglesia anglosajona y la católica se unieron para aplastar a a los nativos, masacrándolos y creando escuelas de lavado de cerebro... Hoy no encuentran trabajo; muchos son alcohólicos o drogadictos.

El Vaticano tampoco se salva. Se puso de lado del genocida Franco y fue bendecido él y su régimen por el mismo papa. Miraron al otro lado cuando los nazis diezmaban a los judíos, gitanos, homosexuales, republicanos españoles, comunistas, anarquistas, etc, etc..

También tienen relaciones con la mafia. Algunos cardenales son incondicionales de la cocaína, así como de servicios de prostitución de lujo, masculina o femenina.

Ni los niños se salvan. Los pederastas de los que se nutrían y nutren la iglesia católica camparon a sus anchas en Irlanda y Estados Unidos, así como en nuestro país.

¿ Y qué pasa ahora ?, que las religiones históricamente oprimidas desde hace miles de años tienen un falso despertar histórico.
A partir de ahí empiezan a salir oportunistas líderes religiosos que mandan matar en nombre de otro dios. Se arman gracias a Estados Unidos y la Unión Europea en el mercado negro de armas, y empiezan una guerra contra Occidente.

Lo que empezó Estados Unidos como ayuda para los insurgentes, se volvió en contra del mundo occidental. Los atentados del Líbano, París, o anteriormente Madrid, es buena buena muestra de ello. Y creedme, cuando se mezclan religión y política los resultados son nefastos para todo el mundo. Ahí están los resultados.

GuillemSenent.

15/11/2015

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